Zaragoza, 4 de mayo de 2020
La pandemia ha supuesto un duro golpe para sus habitantes, tanto en la dolorosa pérdida de vidas humanas, como en las consecuencias sociales y económicas de la misma. Ya partíamos de una débil situación debida a los devastadores efectos de la crisis económica del 2008 con sus secuelas de aumento de la pobreza y desigualdad en las clases populares, y la falta de inversión pública tanto en los barrios como en grandes proyectos de ciudad: grandes infraestructuras urbanas, vivienda social, rehabilitación, etcétera. La situación actual se ve también agravada por unos presupuestos municipales prorrogados del 2019 y con los del 2020 muy restrictivos en las inversiones.
El confinamiento ha conllevado graves consecuencias económicas por el cierre de muchos sectores productivos, con la secuela de desempleo, ya sea por despidos o por los expedientes de regulación. Estas consecuencias derivadas de la pandemia, también han supuesto en el tejido asociativo y en particular en el vecinal, un grave impacto por la pérdida de numerosas actividades culturales, festivas, deportivas y formativas, que incide gravemente en su precaria situación financiera, afectando a los proyectos subvencionados y a los ingresos derivados de dichas actividades.
Todo ello, nos hace abogar por un gran “acuerdo de ciudad para la recuperación, social y económica, y asociativa de la ciudad”, que concite el consenso mayoritario de los grupos municipales, y de los actores sociales y vecinales.
Para la FABZ, estas serían las prioridades:
1ª Nadie se queda atrás. La acción social tiene que ser dotada económicamente y con medios humanos suficientes, para que se evite una ciudad dual, con unos barrios populares empobrecidos.
2ª Especial atención al mundo de las personas de edad avanzada (servicios especializados, centros de mayores, comedores, mayores en soledad, residencias tuteladas, adaptación viviendas, etc.)
3ª El comercio de proximidad y la hostelería, tienen que tener un impulso para garantizar unos barrios vivos.
4ª El tejido asociativo, incluyendo en él al vecinal, ha de ser apoyado y dotado económicamente, ya que supone la dinamización, social, deportiva y cultural de los barrios, potenciando el papel económico y participativo de las Juntas de Distrito y Vecinales.
La denominada economía social tiene que tener también un apoyo específico, así como el mercadillo ambulante y la agricultura ecológica de proximidad.
5ª Acción decida para evitar la brecha digital, esta pandemia ha demostrado que no puede gestionarse “on line” las situaciones de extrema gravedad, como las sanitarias, catástrofes naturales o de otro tipo, con medios públicos cerrados o en servicios mínimos. Así mismo apoyo decidido a implementar una protección civil efectiva.
A escala de ciudad, la FABZ propone las siguientes actuaciones para dinamizarla económicamente y generar empleo, con criterios de sostenibilidad ambiental:
1ª Plan de rehabilitación de vivienda tanto del parque de viviendas sociales municipales (crédito BEI), como de las denominadas sindicales y las construidas en los años del desarrollismo, para dotarlas de las medias de eficiencia energética y ascensores. Construcción de un amplio parque de vivienda municipal en alquiler (Pontoneros, Pabellones Expo, etc).
2ª Iniciar la inversión en las infraestructuras y carencias detectadas en los Planes de Barrio ya aprobados, con un nuevo impulso y adecuación de los presupuestos participativos y finalizar la redacción de los de toda la ciudad.
3ª Extensión de la red de carriles bici, cota cero, semipeatonalizaciones, aumento en las zonas con falta de aparcamiento en superficie de los distritos de las zonas azul y naranja para residentes, y de carga y descarga en sus zonas comerciales.
4ª La grave situación económica general puede conllevar ayudas europeas y estatales para la realización de grandes infraestructuras para garantizar la movilidad sostenible en transporte colectivo, es el momento de la Línea 2 del tranvía, tanto por cerrar el PMUS de la ciudad, como por las sinergias económicas y urbanísticas que genera en su trazado, como se ha visto en la L1.
5ª Inversiones en el ciclo integral del agua, con especial atención en la red de saneamiento y depuración, financiadas con cargo al ICA ya recaudado. Para finalizar unas reflexiones: si la ciudad trabajó unida para la consecución de la Expo de 2008, no sería comprensible que en una situación de tal gravedad como la actual, no se diera un gran acuerdo con un plan de choque social y económico.
La ciudad que tenemos es fruto de la inversión de décadas, tanto directa, vía presupuestos municipales con el esfuerzo de varias generaciones de zaragozanos y zaragozanas, como con ayudas externas de las administraciones europeas, central y autonómica, pero también es fruto del endeudamiento de la ciudad asumible a medio y largo plazo. Somos la quinta ciudad del estado español, y la ciudad española con menor desigualdad entre las rentas de los distritos con mayor y menor renta. Esta crisis sanitaria y económica nos obliga a no quedarnos atrás por falta de acuerdo, impulso político o cortedad inversora. Contábamos antes de la pandemia con una clara diagnosis del tejido social y productivo de la ciudad, así como una estrategia de futuro (Zaragoza+20) adoptada por consenso en Ebrópolis, valoremos su actualización adaptándola a esta situación.
Pongámonos en marcha por la reactivación social y económica de la ciudad, apoyándonos en tres principios básicos: Cohesión social, Sostenibilidad ambiental y Participación social, en línea de la Declaración del Comité europeo de las Regiones, de 22 de abril de 2020.
EL COMITÉ PIDE A TODAS LAS INSTITUCIONES DE LA UE Y A LOS ESTADOS MIEMBROS UN AMBICIOSO PLAN DE RECUPERACIÓN PARA UNA EUROPA SOSTENIBLE, RESILIENTE Y SOCIALMENTE JUSTA, QUE NO DEJE ATRÁS A NADIE EN NINGÚN LUGAR
En nuestra calidad de alcaldes, presidentes de región y representantes locales y regionales estamos en primera línea en la lucha contra el coronavirus. El carácter sin precedentes de la crisis de la COVID-19 requiere medidas inmediatas y un ambicioso plan de recuperación social y económica para la Unión Europea, basado en la solidaridad, la sostenibilidad, la resiliencia y la justicia social, en consonancia con el Pacto Verde y la agenda de transición digital. Junto con todos los niveles de gobierno en Europa, nos comprometemos a aunar esfuerzos para luchar contra la pandemia, proteger a nuestros ciudadanos y contribuir a la recuperación económica, social y financiera.
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