Intervención de Paco Alcober, del Secretariado de la FABZ, en el Encuentro sobre participación ciudadana celebrado en Valladolid el pasado junio
Nuestras asociaciones vecinales han sido y son escuelas de participación y organización de asambleas vecinales, mucho antes que apareciera el 15M
Las redes que son necesarias para informar y formar, pero para crear procesos de discusión son muy poco eficaces
Hay que exigir que se pongan en marcha los presupuestos participativos, hay que crear redes de participación, empoderar a los vecinos/as…
Por Francisco Alcober, Secretariado FABZ
Las entidades vecinales llevamos toda la vida revindicando más participación en la vida política. De hecho participamos activamente en todas aquellas estructuras que nos permiten hacerlo, Juntas de distrito y vecinales, Consejos de salud, Consejo de ciudad… etc. Nos organizamos como Federación de Barrios para aunar fuerzas y actuar como una sola entidad.
Nuestras asociaciones vecinales han sido y son escuelas de participación y organización de asambleas vecinales, mucho antes que apareciera el 15M. Nos acomodamos en las estructuras de participación que los diferentes gobiernos del PSOE nos han proporcionado. El 15M y los nuevos gobiernos del cambio traen sobre el papel el concepto de democracia participativa, que no es nuevo pero si estaba muy olvidado.
Los procesos participativos que ha llevado a cabo Zaragoza En Común pueden ser mejorables. Incluso en algún momento no tengo claro para qué han servido. Sin embargo, creo que hay que tener en cuenta que, hasta ahora, todos los proceso participativos venían viciados por el comportamiento de los partidos con representación municipal que lo único que buscaban es su interés partidista para bloquearlo, porque en el fondo no creen en la participación y estos procesos participativos nacían muertos.
Para las entidades vecinales, que llevamos en nuestro ADN la participación política, la democracia representativa se nos queda corta. Pero para avanzar en democracia participativa hay que aprender caminando, equivocándose, evaluando y volviendo a formular procesos.
Los nuevos ayuntamientos del cambio se están volcando demasiado en procesos por las redes, redes que son necesarias para informar y formar, pero para crear procesos de discusión son muy poco eficaces: se crean listas interminables y líneas de discusión que son imposibles de seguir. Para avanzar en este camino habría que organizar pequeñas comunidades de soberanía popular, que muchas de ellas ya existen (AMPAS, AAVV, Plataformas, Asociaciones culturales, partidos políticos, etc.), darles herramientas y crear foros donde podamos estar toda la ciudadanía compartiendo y aportando.
También es verdad que la mayoría de la sociedad no está motivada para participar, ni hemos tenido formación para saber cómo hacerlo. En general, estamos domesticados para votar cada cuatro años, y si nos repiten la votación -lo que los medios machacan hasta la saciedad que es un fracaso de la democracia- decimos que los políticos se nos cachondean… Particularmente, yo no es que quiera votar 1 ó 5 veces, es que quiero poder participar políticamente siempre. Y para ello hay que introducir la cultura de la corresponsabilidad política de la vida comunitaria.
El cambio que nos prometen los nuevos ayuntamientos será hacia la democracia participativa o no habrá cambio. Como todo cambio en la sociedad nunca será como nosotros queramos que sea, pero es innegable que incluso los viejos partidos tienen que volver a introducir en su lenguaje la democracia participativa. El cambio está ahí y las entidades vecinales tenemos que empujar desde los barrios. Hay que exigir que se pongan en marcha los presupuestos participativos, hay que crear redes de participación, empoderar a los vecinos/as, controlar el gasto público, las contratas municipales, las sociedades municipales y conseguir una transparencia total. Ese es el camino y las asociaciones vecinales deberemos ser las primeras en empezarlo a andar.
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