…ocupado en estériles debates que prolongan los suscitados en el Pleno municipal, se muestra incapaz de canalizar y hacer efectiva la participación ciudadana
La Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza denuncia la deriva y parálisis institucional que está sufriendo el Consejo de Ciudad como órgano de participación ciudadana. Para la FABZ, el Consejo de Ciudad se está convirtiendo en un órgano al que los grupos municipales trasladan los conflictos partidistas que deben dirimirse en el Pleno del Ayuntamiento, instrumentalizándolo e impidiendo al Consejo cumplir las funciones y objetivos para los que ha sido creado.
Recordamos que el Reglamento de Participación Ciudadana, en su artículo 83, dice que el Consejo de Ciudad es un órgano municipal necesario integrado por representantes de las organizaciones económicas, sociales, profesionales y de vecinos más representativas de la ciudad. Su finalidad y objetivo es la de facilitar la participación de los ciudadanos y canalizar la información de las entidades asociativas en los asuntos municipales, contribuyendo a la mejora de la toma de decisiones.
Asimismo en su Art. 85, señala como funciones, entre otras, del Consejo de la Ciudad:
- Coordinar y dirigir la participación sectorial de la ciudad de Zaragoza y en el ámbito municipal. Constituir los consejos sectoriales, las comisiones y grupos de trabajo que considere necesarias, así como su régimen de funcionamiento, modificación y disolución.
- Presentar iniciativas, sugerencias y propuestas para ser debatidas en los ámbitos y órganos municipales correspondientes.
- Proponer soluciones a problemas de la Ciudad en cualquier ámbito competencial municipal.
- Colaborar en los estudios y elaboración de programas, proyectos y disposiciones generales del Observatorio Urbano de Zaragoza, dependiente del Área de Participación Ciudadana cuya finalidad es conocer y analizar la evolución de la calidad de vida en la Ciudad, a través del seguimiento de los indicadores que se determinen reglamentariamente.
- Asesorar la elaboración del programa de actuación y el presupuesto municipal anual.
Sinceramente creemos que, en buena parte, estos objetivos y funciones no se están cumpliendo por la situación política de práctico bloqueo, derivando en su lugar a ser un mero órgano de representación formal, ocupado en estériles debates que prolongan los suscitados en el Pleno municipal, y que se muestra incapaz de canalizar y hacer efectiva la participación ciudadana. En particular, podemos destacar su inoperancia para avanzar en la reforma prevista del Reglamento de Participación, paralizada desde hace meses. Esta situación puede provocar el absentismo de los representantes sociales, y aboca a que los temas que se plantean por el tejido social queden en la irrelevancia.
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