8 M 2023, un día reivindicativo y lleno de sororidad en Zaragoza

Mar 9, 2023 | 0 Comentarios

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Zaragoza se llenó de reivindicaciones y sororidad en el 8M 2023 con actividades en los barrios y una gran manifestación

El Movimiento Feminista de Zaragoza volvió a tomar las calles para mostrar la sororidad de las mujeres y visibilizar las aun vigentes reivindicaciones de los colectivos. Las Mujeres Vecinales de muchos barrios tuvieron sus citas y actividades y se sumaron por la tarde a la manifestación que recorrió las calles del centro, en la que estuvo representada la Comisión de la Mujer de la FABZ y a cuya finalización se leyó el manifiesto que reproducimos bajo estas líneas.

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MANIFIESTO 8 de MARZO 2023 – Movimiento Feminista de Zaragoza

JUNTAS Y A POR TODAS, NADIE NOS SILENCIA

¡El feminismo sirve y sigue!

Las feministas estamos decididas a cambiar la forma de organización social actual, a hacer esta sociedad más habitable, más sostenible, más amable para vivir. Sabemos que nos va la vida en ello.

Muchas mujeres han luchado por alcanzar los derechos que ahora disfrutamos, y no se pueden contar las que han perdido la vida por ello. A todas ellas agradecemos estar aquí hoy en las condiciones en las que estamos, y seguimos buscando unas mejores condiciones para las que vivimos ahora y para las que vendrán después.

La brecha salarial se sitúa todavía en el 20 % en Aragón, y esta brecha se extiende y acentúa en las pensiones. Actualmente 2.200.000 mujeres están cobrando pensiones por debajo del umbral de la pobreza y el 64 % de las mujeres que tienen pensión de viudedad cobran menos de 650 €. Para acabar con esta violencia económica, las pensiones mínimas (contributivas y no contributivas) deben ser iguales al salario mínimo interprofesional.

Las consumidoras estamos pagando la inflación y la subida de precios de la cesta de la compra, mientras que las grandes cadenas de distribución se forran. El margen cada vez más amplio entre los costes y los precios de venta está dando lugar a un margen de beneficios empresariales histórico, y son esos beneficios empresariales los culpables de la subida de la inflación y de la pérdida del poder adquisitivo de nuestros salarios, que viven subidas tímidas e insuficientes. Para mantener el poder adquisitivo, son necesarias la equiparación salarial, la inspección laboral y la revisión de salarios, así como el control de los precios de los productos básicos: alimentos, pero también la vivienda. También se requiere dotar de recursos a las maltratadas sanidad y educación públicas. Lo que exigimos es un cambio de lógica total y feminista: debe garantizarse el acceso a los bienes y servicios necesarios para una vida digna para todas las personas.

Saludamos a las compañeras que han estado luchando sus derechos en Inditex, a las trabajadoras de la limpieza, a las trabajadoras de la sanidad pública… y tantas otras. ¡No estamos todas, faltan las inactivas y las internas! Ellas, que sostienen parte importante de la cadena de los cuidados para que otras mujeres puedan gozar sus derechos, esas olvidadas, explotadas y no reconocidas pero sí necesarias. Son las mujeres cuidadoras, trabajadoras del hogar, servicios y cuidados. Muchas son las que no pueden cotizar para la jubilación porque no tienen derecho a un permiso de trabajo o un contrato laboral justo, sino que sufren condiciones abusivas o no obtienen el salario mínimo establecido por la ley.

La violencia que sufrimos las mujeres se amplifica y hace más compleja en función de nuestras circunstancias vitales, sociales, físicas y económicas. La violencia machista y el feminicidio en último término se sustentan en una sociedad violenta y jerarquizada.

¡Faltan las asesinadas! En 2022 perdimos a 99 mujeres en manos del terrorismo machista. Hoy, 8 de marzo de 2023, son 16 los feminicidios registrados en lo que va de año; el último, en nuestra provincia. Esto debe acabar. El 100 % de los agresores eran conocidos de las víctimas y el 60 %, familiares. Especialmente crudo es el caso de la violencia vicaria: la utilización de los hijos y de las hijas para hacer daño a las madres. Es evidente: la violencia forma parte del día a día de las mujeres. Para salir de ella son necesarias también medidas económicas, laborales y de acceso a la vivienda para las mujeres que lo necesiten. ¡Basta de ataques a la libertad, la integridad y la vida de las mujeres!

Los avances feministas tienen una reacción conservadora y autoritaria que intoxica a la opinión pública en cuestiones como la “Ley del Solo Sí es Sí”. Queremos remarcar que la acción contra las violencias sexuales ha de focalizarse en los derechos de las mujeres y en combatir las desigualdades de sexo, clase y raza. El código penal no previene ni reduce las violencias sexuales, ya que actúa para castigar comportamientos individuales cuando estas violencias ya se han producido. Exigimos que se implementen YA las medidas de atención, seguridad y acompañamiento para las víctimas de estas violencias, y que las mujeres y menores puedan acceder a la atención integral y especializada sin necesidad de denuncia previa: solo se denuncia un 17 % de las violencias sexuales. Exigimos que se acabe con la revictimización y con los obstáculos en el acceso a la justicia, garantizando la asistencia jurídica gratuita en los procesos. Que se implementen todas las medidas en materia de prevención, de reparación y de responsabilidad del Estado, incluida la educación sexual. Exigimos también que se garanticen los derechos de las mujeres migrantes en situación administrativa irregular: mientras no se modifique la Ley de Extranjería, las mujeres que denuncien, si no consiguen una condena de sus agresores, se arriesgan a ser expulsadas, además de quedar impune la agresión.

Basta de violencia institucional, de que se nos discrimine, de que se nos cuestione, de que no se nos crea cuando más lo necesitamos. El “hermana, yo sí te creo” debe llegar a todos los rincones del Estado, especialmente a la Justicia. Las instituciones deben velar por nuestros derechos, luchando contra todos los tipos de violencia que se ejerce contra nosotras, y protegiendo nuestra integridad física, psíquica y social.

También clamamos frente las violencias contra las personas trans, LGTB y todas aquellas que no encajan en la heteronorma (también nuestras hermanas las locas, las discas…) y ven violentados sus derechos y su dignidad personal, como pasa en muchos países del mundo donde siguen estando perseguidas institucionalmente o pasa, lamentablemente, en nuestro país donde sigue existiendo un acoso que se ha profundizado y mediatizado recientemente. Sí, se llamaba Iván.

Proclamamos la soberanía de nuestros cuerpos.

– Los mandatos de género, la dictadura de la belleza, imponen estereotipos que tienen consecuencias nefastas. Los estudios alertan: seis de cada diez niñas y jóvenes en todo el mundo han sufrido acoso en internet, y una cuarta parte de ellas siente que está en peligro físico como resultado. Principalmente sufren insultos y lenguaje ofensivo, pero también amenazas de violencia física y sexual, comentarios racistas, humillaciones o ataques por su aspecto físico o identidad sexual. Mediante la educación en igualdad y la prevención, debemos erradicar estas amenazas a nuestra integridad física y mental.

– La trata representa una vulneración sistemática de los derechos humanos, de los derechos de las mujeres, como parte de una estructura desigual de género en la que los cuerpos de las mujeres se ofrecen como meras mercancías. Es preciso que se apruebe con urgencia una Ley Integral contra la Trata de Seres Humanos que proteja y garantice los derechos de todas las víctimas.

– Practicas aún no erradicadas, como la mutilación genital femenina o los matrimonios forzados, exponen a nuestras menores a una gran violencia y a graves perjuicios físicos y psicológicos.

– Necesitamos un sistema de salud público, de calidad y universal, que incluya el aborto en los hospitales públicos. Y educación sexual para todos, todas y todes. Exigimos un buen trato a todas las mujeres en los centros sanitarios; que se brinde una información adecuada y completa en cada etapa del embarazo, y que se obtenga nuestro consentimiento libre, previo e informado.

También queremos denunciar las violencias dirigidas hacia nuestros paisajes y nuestros territorios. Nuestra propuesta es ecofeminista y denunciamos el expolio del planeta que están llevando a cabo los grandes intereses empresariales multinacionales. En un contexto de crisis climática, nos manifestamos en contra de la destrucción del Pirineo, en concreto de Canal Roya para unir las estaciones de esquí de Astún y Formigal. Y nos acordamos también de nuestras compañeras de la provincia de Teruel, que continúan su lucha por evitar que las grandes empresas, con la complicidad del Gobierno de Aragón, llenen sus comarcas de macroproyectos de energías renovables.

Nuestra ciudad y sus vecinas y vecinos también tienen derecho al bienestar y a la justicia social, ¡y a plazas con árboles y con bancos! Condenamos el desalojo del Centro Social Comunitario Luis Buñuel, la casa de todas y un ejemplo de participación social y de autogestión colectiva. Necesitamos espacios autogestionados en los que construir juntas cotidianamente alternativas a este sistema ecocida e individualista. ¡El Buñuel vive en nuestros corazones!

Con la guerra de Ucrania presente, desde el Movimiento Feminista volvemos a manifestar nuestra total oposición a cualquier conflicto bélico. Nos sentimos hermanadas con nuestras compañeras iraníes, que defienden en la calle una vida con derechos. Denunciamos la vuelta a los lugares más oscuros de las mujeres y las niñas en Afganistán: nos hace recordar que los derechos de las mujeres no estarán consolidados mientras la igualdad no sea realidad; como decía Simone de Beauvoir: “Bastará una crisis política, económica o religiosa para poner en cuestión los derechos de las mujeres”.

Recordamos a nuestras hermanas en tantos conflictos olvidados o no: Siria, Sáhara, Palestina, Yemen… Estamos seguras de que son el soporte que sostiene su mundo. En un sistema bélico-patriarcal, las mujeres somos la fuerza que puede empujar hacia la negociación y la acción pacífica, porque, junto a los más vulnerables, somos quienes sufrimos con mayor crueldad los efectos catastróficos de las guerras. Seguimos reivindicando nuestro derecho a desempeñar un papel activo en las mesas de negociación. Mientras la guerra sea un negocio, la paz no será el objetivo. Por eso hoy gritamos: NO A LA GUERRA.

Ningún ser humano debería ser catalogado como ilegal. Las barreras migratorias solo vulneran el derecho de las personas a una vida digna, dejándolas a merced de un sistema capitalista que las explota y deshumaniza, y las obliga a tener trabajos precarios, de esclavitud moderna al capital. La Ley de Extranjería favorece a los empresarios para seguir explotando, fortalece el racismo para seguir oprimiendo y al machismo para seguir violentando, y enreda a las personas migrantes en gestiones burocráticas y callejones legales sin salida. Hoy más que nunca, reivindicamos el compromiso de todos los feminismos para derogar la Ley de Extranjería y aprobar la iniciativa legislativa popular “Regularización Ya”.

Para un movimiento humanista como el nuestro, es imprescindible demandar que las leyes de extranjería de esta Europa fortaleza no sigan sosteniendo la muerte de miles de personas que intentan llegar a las costas del Mediterráneo: hace solo unos días, 60 personas perdieron la vida en las costas italianas. Todas esas muertes son responsabilidad de la política migratoria.

Sostener la vida debe ser una responsabilidad colectiva en todos los ámbitos de la sociedad. Basta de seguir cargando sobre las mujeres la reproducción de la vida familiar, laboral y social, basta de que el capitalismo siga cargando en la espalda de las mujeres empobrecidas la pesada responsabilidad del trabajo de cuidados. Basta de las múltiples jornadas, basta de llenarnos a todas de culpa para cumplir sus mandatos de género.

No queremos vivir solo para trabajar una doble jornada y poder llegar a fin de mes extenuadas: queremos trabajar para vivir y beneficiarnos todas del tiempo para poder cuidar y cuidarnos. Queremos corresponsabilidad y un sistema de cuidados universal y público.

Denunciamos el negacionismo de las desigualdades.

Denunciamos el negacionismo de la violencia machista.

Denunciamos los ataques a la lucha feminista por parte de la derecha, de la Iglesia y de este sistema patriarcal, capitalista y racista que quiere eliminarnos como sujetos políticos.

QUEREMOS VIVIR CADA DÍA Y DISFRUTAR DE ELLO.

¡¡NOS QUEREMOS VIVAS Y LIBRES!!

¡QUE VIVA LA LUCHA DE LAS MUJERES!

¡QUE VIVA LA LUCHA FEMINISTA!

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