Exposición 'Zaragoza y las fiestas del Pilar', en el Centro de Historias y Torreón Fortea

Sep 20, 2018 | 0 Comentarios

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Las fiestas patronales y todos los ciudadanos y ciudadanas son los protagonistas de la exposición titulada ‘Zaragoza y las fiestas del Pilar’, que se podrá visitar en el Centro de Historias y el Torreón Fortea, hasta el 13 de enero de 2019

La Exposición, que se presenta en 4 espacios, recoge un ingente material de reproducciones fotográficas, objetos de arte, maquetas, carteles, vídeos, ilustraciones, y otros documentos de diversos archivos públicos y privados. Un gran viaje a través del tiempo para descubrir, recordar, comprender y reconocer la cultura popular en la historia de la ciudad, y que constituye, como señalan los organizadores, un obligado homenaje a sus verdaderos protagonistas: las personas que disfrutan y comparten la fiesta.

En este sentido hay que destacar el espacio dedicado a las movilizaciones vecinales, de los barrios y las peñas, para recuperar unas fiestas populares. Así se pueden contemplar imágenes de las manifestaciones satíricas de los vecinos de Torrero y otros contra las cenorras y bailes de lujo que se atizaban los concejales y “buenas” familias zaragozanas en La Lonja (a costa del erario público, claro), o las carpas a precios populares que en los años 80 montaba la Federación de Barrios.

Los espacios que se pueden visitar en el Centro de Historias son:

‘Érase una vez las fiestas 1613-1977’: érase una vez, una ciudad, un río, una orilla, una columna… Una conmemoración religiosa convertida en celebración y fiesta. La tradición perdura y configura el programa de las fiestas mayores de Zaragoza.

‘Contra las fiestas oficiales: fiestas populares’: el modelo se resquebraja. Peñas, asociaciones y otros movimientos vecinales reivindican la vuelta a las fiestas populares. Fiestas para toda la gente. La Comisión Paralela de las Fiestas. Cabalgatas y proclamas.

‘Días de fiesta 1980-2017’: el nuevo ayuntamiento democrático recupera y alienta la participación de la población en los Pilares, con actividades para todos los públicos, volviendo a las calles, las plazas, los parques como escenario integrador y festivo. 

Por su parte, el Torreón Fortea acoge la cuarta de las exposiciones, ‘La fábrica de las fiestas’: cómo, dónde y quienes hacen las Fiestas. Los anónimos, protagonistas, dan la cara. Planos, diseños, maquetas, equipos, empresas, backstage, talleres de construcción y atrezzo, ensayos, organización y producción.

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La Fiesta, la Vida

Por Paco Vallés

La fiesta es una de las manifestaciones capitales de la cultura, en todas las culturas. Eso nos dice la antropología. Un pueblo, una comunidad, se definen ante todo por sus fiestas, se identifican en ellas, en sus modos y formas de vivirlas. Son su elemento de cohesión, de transgresión, de integración, de sublimación, de pasión. En la confluencia de espacio y tiempo de las fiestas la vida cambia, es otra vida, tal vez la más auténtica.

Cada uno habla de lo que conoce, de lo que ha vivido. Y lo que modesta y personalmente me tocó vivir en los años 80, en la Década Prodigiosa, fue trabajar en la transformación de unas fiestas del Pilar pacatas, rancias, ramplonas, clasistas y machistas en unas fiestas del Pilar abiertas, poliédricas, variopintas, complejas y, por supuesto, divertidas, en las que todas las personas, independientemente de su edad, sexo, condición, gustos y preferencias, encontrara actividades con las que disfrutar, divertirse, emocionarse, pasárselo bien.

Y aquello no sucedió por generación espontánea. Formaba parte de un gran proyecto cultural, abierto y participativo, que tenía en las Fiestas del Pilar uno de sus elementos fundamentales. Por eso, antes que nada, se encargó a un jovencísimo Eliseo Serrano el estudio histórico de las fiestas en nuestra ciudad, que se materializó en el libro “Tradiciones Festivas Zaragozanas”, sobre cuyas raíces se levantó el árbol de la transformación de las fiestas del Pilar.

Porque cuando llegamos a Festejos allí no había nada. Hubo que construirlo y levantarlo todo desde cero. Con mucho esfuerzo, mucha imaginación, contando con las ideas y la participación de muchísima gente, de muchos colectivos ciudadanos, y (como siempre) con poco presupuesto, pero con la implicación, la complicidad y el trabajo de un grupo extraordinario de profesionales: las Brigadas Municipales de Arquitectura.

Y es que las fiestas del Pilar fueron un catalizador cultural más allá de lo estrictamente festivo: la recuperación de la enorme variedad y riqueza de nuestro patrimonio tradicional en las Muestras del Folklore Aragonés, la recuperación de la calle como espacio lúdico, en el que todas las personas pudieran disfrutar de conciertos, verbenas, actuaciones, exposiciones y muestras. El uso de edificios y equipamientos públicos (La Romareda, la Lonja, los antiguos Cuartel de Palafox y Pabellón Francés, las murallas romanas, los pabellones deportivos) como espacios para la fiesta. La creación de un territorio específico para gente menuda, convertida en verdadera protagonista. Y libros, discos, exposiciones, gastronomía, ferias…

El verdadero éxito de las Fiestas del Pilar, que aún pervive hasta hoy, consiste en que todas las personas pueden identificarse con ellas, sentirlas como propias, y al mismo tiempo compartir ese sentimiento viviéndolas en comunidad. Para lograrlo, abrimos cauces de participación y de integración que las han convertido en un acontecimiento que sobrepasa los límites de Zaragoza, en una explosión social y lúdica que, año tras año, la ciudad y sus gentes viven de una manera abierta, plural y acogedora, con una intensidad que las hace verdaderamente únicas.

Que ustedes lo pasen bien.

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