Ayer el movimiento feminista volvió a tomar las calles de Zaragoza y de otras ciudades del estado en un 8M Zaragoza 2022 masivo
A lo largo del día se celebraron muchísimas actividades convocadas por distintas entidades. La Comisión de la Mujer de la FABZ convocó a las mujeres vecinales a un acto a las 16H en la Plaza de la Albada en La Jota y de allí se acudió a las 19H para sumarse a la convocatoria unitaria del Movimiento Feminista de Zaragoza en reivindicación de una sociedad libre y radicalmente igualitaria.
Video Resumen 8M Zaragoza 2022
Galería de Imágenes 8M
Manifiesto 8M Zaragoza 2022
CON TODAS Y A POR TODAS. NADIE NOS SILENCIA!
Este 8 de marzo las feministas volvemos a las calles, y convocamos a toda la ciudadanía a reivindicar una sociedad libre y radicalmente igualitaria. Unidas en toda nuestra diversidad somos más fuertes y hacemos frente a quienes nos quieren silenciar. No lo conseguirán.
Seguimos construyendo políticas de transformación social frente a los reaccionarios. Porque nos proponemos transformar este mundo injusto y cambiarlo todo para conseguir vidas dignas y libres de violencias para todas, especialmente para las más vulnerables.
#NoALaGuerra. La guerra es la máxima expresión de la violencia patriarcal y capitalista. Aterroriza, desplaza y hunde en la miseria a los pueblos y las mujeres somos las principales
víctimas de la violencia sexual de los ejércitos. Como feministas anticolonialistas condenamos la industria del armamento y el gasto militar. No a los imperialismos, No a la OTAN y NO a la intervención de España en el conflicto de Ucrania. Por una salida negociada, por una paz que proteja la vida.
Somos feministas internacionalistas y denunciamos la represión que sufren las mujeres en
tantos lugares del mundo, desde Afganistán -donde tras la toma del poder por parte del
Movimiento Talibán se les niega la educación, el trabajo y la posibilidad de vivir por sí mismas-, Palestina o el Sáhara, África y América Latina, criminalizadas y asesinadas por defender los derechos humanos y por enfrentarse al expolio del medio ambiente. No a la destrucción del planeta, freno al extractivismo que contamina, enferma y mata los ecosistemas, apoyamos y visibilizamos las luchas de las mujeres por un cambio ecosocial y sostenible, por una alternativa ecofeminista, contra la destrucción y la muerte.
Luchamos contra el patriarcado y su violencia estructural, los asesinatos de mujeres son la más terrible punta del iceberg, pero debajo de ellos hay todo un sistema de dominio masculino: económico, institucional, judicial, cultural… Queremos resaltar nuestra condena de los abusos sexuales dentro de la iglesia, de la violencia vicaria, que es violencia machista ejercida sobre hijas e hijos para hacer daño a sus madres y de la violencia contra las personas trans y LGTBI. A las mujeres trans se les niega el derecho al trabajo y la vivienda, y se las empuja a la pobreza. Frente al odio, queremos construir juntas una sociedad diversa y respetuosa con las disidencias sexuales, de género y de cuerpo.
Basta de silencio cómplice de los hombres. Compañeros: necesitamos vuestra implicación activa contra las múltiples violencias machistas, porque también vosotros tenéis mucho que ganar en una sociedad basada en el apoyo mutuo.
Luchamos contra el capitalismo, que ataca la vida, contra los empleos precarios, la brecha
salarial, el suelo pegajoso y la feminización de la pobreza. La brecha salarial en Aragón es del 24,65%, por encima de la media nacional, lo que se traduce en que las mujeres cobramos 6500 euros menos al año. Brecha que aumenta con la edad, siendo la pensión de jubilación la brecha más alta. ¡Las mujeres pensionistas en lucha también son feministas!
El informe sobre El valor del trabajo de los cuidados no remunerados en Aragón, lo cuantifica en un 37% del Productor Interior Bruto, 14.092 millones de euros cada año, cuidados imprescindibles que la mujeres realizamos de forma invisible y gratuita, una ingente labor que requiere un debate social acerca de cómo nos organizamos para repartir ese trabajo corresponsablemente con los hombres, las administraciones y las empresas.
Es fundamental el debate social sobre los cuidados, donde se establezcan las condiciones para poder cuidar, un sistema público de cuidados que suponga una red de apoyo y la vinculación entre los sistemas productivo y reproductivo para que el primero deje de aprovecharse del trabajo ejercido por el otro y se integren en un único sistema de trabajo. Porque cambiar la realidad implica revertir el actual sistema de privilegios que traslada los costes a otras, a las mujeres migrantes, externalizando el trabajo de forma precaria. Centros residenciales convertidos en negocio con pésimas condiciones laborales que propician la precarización del cuidado. Es necesario también ampliar la ayuda a domicilio… No se puede cuidar en condiciones, no hay cuidados dignos.
Las trabajadoras del hogar y de cuidados seguimos en el régimen especial y no tenemos los mismos derechos que el conjunto de lxs trabajadores del régimen general, no tenemos derecho a paro: reivindicamos nuestro derecho a la prestación por desempleo, no reconocerla vulnera los artículos 14 y 41 de la Constitución y las directivas europeas de igualdad. Tampoco tenemos inspección de trabajo ni derecho a la salud laboral. Reclamamos la Ratificación del Convenio 189 de la OIT, para equiparar los derechos de las trabajadoras del hogar al del resto de las personas trabajadoras.
Nos sumamos al movimiento estatal por la ILP #RegularizaciónYa, por los derechos de las
personas migrantes: Exigimos el fin de la explotación sobre quienes realizan trabajos esenciales como cuidar a nuestras familias o cultivar los alimentos que comemos. Derogación de la Ley de Extranjería ya! Ponemos en el centro la preservación de la vida, la defensa de los bienes comunes, la solidaridad y la justicia social. Apostamos por un feminismo sin fronteras.
Según el informe “Las Desigualdades matan”, la desigualdad mundial es estructural. Los diez hombres más ricos del mundo han duplicado su fortuna, mientras que los ingresos del 99 % de la población mundial se habrían deteriorado a causa de la COVID-19. Las crecientes desigualdades económicas, raciales y de género, así como la desigualdad existente entre países, están fracturando nuestro mundo. Esto nunca ha sido fruto del azar, sino el resultado de decisiones deliberadas: favorecer a los más ricos y poderosos, lo que perjudica de una manera directa al conjunto de la población y, especialmente, a las personas en mayor situación de pobreza, las mujeres y las niñas, y las personas racializadas. Las desigualdades contribuyen a la muerte de, como mínimo, una persona cada cuatro segundos.
Pero esto no es irreversible, tenemos la oportunidad de reformar drásticamente nuestros
modelos económicos para que se basen en la igualdad y en la justicia social. Podemos abordar la riqueza extrema aplicando una fiscalidad progresiva, invirtiendo en medidas públicas de eficacia demostrada para eliminar las desigualdades, y transformando las dinámicas de poder dentro de la economía y la sociedad. Nos va la vida en ello.
Vivimos en un sistema enfermo, individualista y competitivo que ataca a nuestra salud mental de forma alarmante. Las mujeres sufrimos en mayor medida que los hombres ansiedad, depresión y estrés y somos patologizadas y medicalizadas por un sistema de salud insuficiente que no incluye la perspectiva de género. Es necesario aumentar y transformar los recursos públicos que traten los problemas de salud mental desde el cuidado y desde lo comunitario y que aborden también las desigualdades sociales y económicas como causas de los malestares mentales.
Las mujeres discapacitadas o con diversidad funcional sufren una intersección de
discriminaciones que que les dificultan el acceso a vidas plenas e igualitarias con el resto de la sociedad, a nivel laboral, educativo, sanitario, de libertad sexual… Estas mujeres tienen derecho a la autonomía personal y a ser dueñas de sus vidas.
Todas nosotras también tenemos derecho a la salud sexual y reproductiva, al aborto dentro de la sanidad pública y a la autodeterminación y la soberanía de nuestros cuerpos. Frente al acoso de la ultraderecha, reclamamos la educación sexual y afectiva dentro de los currículums escolares.
Somos también todas las que no pueden estar hoy aquí, porque han sido asesinadas, porque están amenazadas, encarceladas, institucionalizadas, porque trabajan como internas o en el turno de noche, porque están cuidando a otras personas, porque están enfermas, porque son vulnerables … ¡Derechos para todas, todos los días!
CON TODAS Y A POR TODAS ¡NADIE NOS SILENCIA!
UNIDAS SOMOS MÁS FUERTES. ¡AQUÍ ESTAMOS LAS FEMINISTAS!
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