La ciudadanía de Zaragoza se reunirá el día 18 de junio a las 18,30 horas en el Centro Cívico de la Estación del Norte de Zaragoza, para tratar la contaminación acústica en la ciudad de Zaragoza. Están convocadas todo tipo de asociaciones, sindicatos, organizaciones y personas que a título personal o colectivo se sientan afectados directa o indirectamente por cualquier tipo de exceso de ruidos, sean los provocados por el tráfico, el ocio diurno o nocturno, los aviones, trenes, las actividades realizadas o autorizadas por el ayuntamiento etc.
El objetivo de la reunión conocer el problema, recoger informaciones, opiniones y propuestas, unirnos y establecer sistemas de contacto y trabajo común.
En todo el Estado se están produciendo movimientos similares de la ciudadanía, y de todo tipo de organizaciones. Los medios de comunicación no paran de recoger estudios e informaciones de expertos de todo tipo sobre las afecciones a la salud que provoca el exceso de ruido, así como de la vulneración de derechos fundamentales que supone, y la impunidad casi absoluta de quienes provocan la contaminación acústica y de quienes se lucran con ella, debido a la inacción o connivencia de los Ayuntamientos. Son constantes las quejas ciudadanas y las sentencias judiciales que se están ganando, pero no logran cambiar la tendencia.
Consideramos que ha llegado el momento de dar un salto adelante y coordinarnos todos los afectados, porque hay muchos aspectos comunes, muchas interacciones entre las diferentes fuentes de contaminación acústica.
La Ordenanza del Ruido de Zaragoza lleva 22 años sin ser adaptada a la ley estatal y Ordenes Europeas ofreciendo todo tipo de agujeros mediante los que obtienen inmunidad aquellos que provocan el ruido. La Ordenanza de Terrazas en mucho peor pues ha convertido muchas calles de Zaragoza en un laberinto de obstáculos y una bomba de ruido día y noche.
Se hizo una Ordenanza contra el Botellón y resulta que tenemos más gente que nunca bebiendo en la calle, en las puertas de los bares y fuera de las terrazas. Ahora nos anuncian una Ordenanza Cívica en la que pretenden meter el ruido como un mero problema de educación o civismo, cuando es de sobras conocido por nuestros gobernantes que el Tribunal Constitucional y Tribunal Supremo lo califican como una VULNERACIÓN DE DERECHOS FUNDAMENTALES, nos tememos que con ello se pretenda hacer otra trampa y sabotear leyes y sentencias, abrir otra puerta más para asegurar la impunidad de quienes violen ese derecho fundamental o se lucren con ello.
En breve el Ayuntamiento de Zaragoza hará públicos el mapa estratégico del ruido del tráfico y el mapa del ruido del ocio, será un momento muy importante, a partir de ahí la ciudadanía podremos pedir una interlocución directa con el Ayuntamiento, trasladarle una vez más nuestros problemas y propuestas, exigir que de una vez por todas, después de tantos años de retraso, se cumplan las leyes de forma efectiva en las calles, se tomen todas las medidas necesaria para frenar el ruido y cambiar la tendencia actual de incremento constante, como así le está recomendando también la Institución del Justicia de Aragón.
Los datos oficiales de Zaragoza hablan de que en 2022 el 33 % de los ciudadanos estaban afectados por el ruido del tráfico por el día, y el 21 % por la noche debido al ruido del ocio o del tráfico. Quizás sea la afección a la salud con mayor incidencia a día de hoy, y es ignorada. Quizá no haya otra afección a la salud que afecte a tantos ciudadanos, y sin embargo todas las acciones son para incrementar el problema. Y es totalmente inaceptable hacer negocio con la vulneración de un derecho fundamental.
Para ello se inventan derechos que no existen como el derecho al ocio y a la actividad económica, cuestiones que no criticamos, pero no son derechos ni se pueden poner en el mismo plano que una vulneración de derechos fundamentales. Se habla de los beneficios económicos y puestos de trabajo en ciertas actividades, pero no se habla de los costes económicos que provoca el ruido en la salud, en la actividad laboral, en la convivencia, en la devaluación de viviendas y locales, o la expulsión de la población en ciertas áreas de la ciudad, las pérdidas de ingresos en negocios, los costes de limpieza, o reposiciones y mobiliario que provocan fenómenos impunes asociados al ruido como el vandalismo nocturno, etc.
Como en otros problemas graves de salud, la protección y la prevención es lo más barato.
Queremos que las cosas se hagan de otra manera, que se hagan mejor, no queremos que se recorten derechos sino que algunas actividades, en algunas zonas, se organicen se regulen bien y se respeten las leyes.
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