La nueva línea “circular” podría hacer perder servicios y conexiones especialmente a Valdefierro, La Almozara y Torrero.
Solicita que la consejera de Movilidad mantenga un encuentro con las asociaciones vecinales para explicar los planes y recoger propuestas.
La Federación de Barrios de Zaragoza (FABZ) se ha dirigido a la consejera de Movilidad Tatiana Gaudés, para transmitirle la enorme inquietud y dudas que se han generado en numerosos barrios de la ciudad tras las noticias aparecidas recientemente, según las cuales el Ayuntamiento proyecta la implantación de una nueva línea circular de autobús que supondría la eliminación de líneas con altísima demanda, como la 24 o la 34.
Algunos barrios de la ciudad podrían perder conexiones de las que actualmente disponen o se verían obligados a trasbordos. Las situaciones más preocupantes podrían darse en Valdefierro, a la que dejaría de llegar la línea 24, La Almozara, que quedaría sin la conexión con el centro y el sur de la ciudad que le proporciona la línea 34, y Torrero, que perdería frecuencias y podría ver saturada la línea 33 al desaparecer la 34.
La FABZ ha pedido a Gaudés que acuda a una reunión abierta con las entidades vecinales en las que pueda explicar los planes municipales, la nueva línea circular, las supresiones de líneas y las alternativas que plantean para el servicio a los barrios afectados.
A falta de esas explicaciones y la necesaria participación vecinal, la valoración inicial que hace la FABZ de los planes anunciados en los medios de comunicación es que “de ningún modo esa circular puede considerarse una línea de alta capacidad que sirva como alternativa a la línea 2 de tranvía, que el ayuntamiento ha renunciado a construir”. Parece más bien una reorganización de lo existente, en la que es difícil percibir mejoras notorias y sí claramente el desmantelamiento de líneas que funcionan bien, como la 24, que es la más utilizada de la ciudad, o la 34, que presta un buen servicio a La Almozara y Torrero y ayuda a aliviar la sobrecarga de otras líneas como la 33.
Entre las dudas que asaltan a las entidades vecinales se encuentran también los plazos previstos para estas modificaciones, la situación en que quedan respecto a una contrata que actualmente está prorrogada y con la licitación judicializada, o muy especialmente si existe un estudio de demanda que justifique las modificaciones y supresiones anunciadas.
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